¿Alguna vez habías escuchado hablar sobre la kava? Si la respuesta es no, no te preocupes, estás a punto de hacerlo. Se trata de un planta clásica de las islas sur del pacífico que ha ganado una gran popularidad alrededor del mundo, pues por siglos ha sido utilizada como remedio para calmar la ansiedad, falta de sueño o exceso de estrés.
Aunque muchos la clasifican como una droga debido a sus efectos psicoactivos no alcohólicos, la realidad es que esta raíz que se convierten en una bebida, se ha utilizado social y ceremonialmente durante cientos de años en Hawái, Estado Unidos, Fiji y en otras partes del mundo.
Tradicionalmente se prepara al colocar la raíz de la tierra y el tallo en un saco poroso. Luego, se sumerge en agua y se exprime el jugo en un bowl de madera grande. La bebida se sirve en copas de cáscara de coco y está lista para tomarse.
Con un par de sorbos, la sensación de extremada relajación comenzará a parecer en tu cuerpo después de una taza o dos. Sin embargo, aunque es una bebida tranquilizante, a diferencia del alcohol los pensamientos permanecerán claros.
Los principales ingredientes activos de la kava –y que responsables de sus cualidades psicoactivas y medicinales– se conocen como kavalactones. Éstos se concentran en las raíces de la planta y existen diferentes tipos, su efecto se mide según lo fuerte que es la planta. Es decir, la fuerza es determinada por los siguientes factores: la edad de la planta, la forma en que se cultivó, las técnicas de quien la cultivó, la concentración de raíces laterales y la forma en que se almacena.
Aunque comúnmente es preparado en forma de té, la raíz de kava también está disponible como un suplemento dietético en forma de polvo y tintura (extracto en alcohol). Así que, no tienes que viajar hasta estos lugares para conseguirla y podría ser un nuevo ingrediente en tus bebidas favoritas.
La pregunta aquí es ¿te atreverías a probarla?