Mis emociones en la Pandemia.

Mis emociones en la Pandemia.

By: Laura Sendra, psicóloga.

Hemos pasado ya cinco meses de una situación que ninguno de nosotros hubiera podido ver venir jamás… Es como si de repente el tiempo se detuviera y nos obligara a todos a DETENERNOS… a CAMBIAR,  y sin haberlo pedido, nos vimos obligados a AUTOLIMITAR NUESTRA LIBERTAD. 

Muchas personas han tenido que hacer frente a esta pandemia desde una situación de altísimo riesgo y desgaste, a ellos, médicos, enfermeras, personal de limpieza y apoyo, paramédicos, etc…Nuestro más profundo reconocimiento y agradecimiento. 
Otros han tenido que seguir trabajando con altas medidas de protección, pues de no hacerlo no habría manera de sostenerse y de llevar el alimento cotidiano a casa.

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Pero a muchos de nosotros, quienes estamos en la mejor de las trincheras nos han pedido por el bien de “todos” que “NOS QUEDEMOS EN CASA” 

En cualquiera de estos casos empieza una revolución interna de EMOCIONES Y SENTIMIENTOS que probablemente no habíamos experimentado antes: asombro, miedo, incredulidad, enojo, ansiedad, tristeza, desesperanza, desgano, incertidumbre, etc. 

En muchos de los casos, cuando no contactamos con nuestras emociones, no las reconocemos y no les ponemos nombre, podemos empezar a reaccionar de distintas maneras, teniendo ante estas reacciones, consecuencias negativas…

Las reacciones mas comunes son: 

  1. AISLAMIENTO:
    Me alejo de todo y de todos, tal vez no físicamente pero sí en conexión emocional, no comunico lo que siento, lo que pienso, lo que me preocupo y lo vivo solo.         
    Riesgos:
    Incremento de ansiedad.
    Deterioro de relaciones de pareja o familia.
    Distanciamiento afectivo.
    Deterioro de autocuidado.
    Tendencia a sobre pensar.

  2. NEGACIÓN: 
    Continúo como si nada estuviera pasando, pongo pretextos, no hago caso a las medidas de recomendación de cuidados, me creo indestructible, sigo con mi vida “normal”
    Riesgos:
    Exposición al riesgo personal a la enfermedad.
    Posible colaborador de propagación de virus y caos.
    Generador de frustración y enojo en pareja y adultos. 
    Generador de ambivalencia y descontrol en los hijos, familia o personas cercanas.

  3. AGRESIÓN: 
    Tiendo a estar irritable y enojado, poco tolerante ante las conductas de los demás a veces perdiendo el control y lastimando a los más cercanos física y/o verbalmente.
    Riesgos:
    Serio deterioro de las relaciones afectivas 
    Alteración del ambiente familiar, aumento de tensión
    Sentimiento de culpa e impotencia.

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También se da la DESESPERACIÓN Y NECESIDAD DE HUIR como parte de los dos anteriores, ya sea con una salida fácil de manera física o cayendo en consumo de alcohol o sustancias adictivas.    

4. SOBRE-PREOCUPACIÓN: 
Pienso en eso todo el tiempo, hablo de eso con todos, veo todas las noticias, pienso en cómo desinfectar todo, pido opiniones a todos, llevo la cuenta de todas las estadísticas, etc… 
Riesgos:
Caer en un estado patológico de ansiedad. 
Generar un ambiente de alarma interno y externo.
Deterioro  de salud emocional personal y  de los que te rodean.

5.TRISTEZA
Sensación de estarlo perdiendo todo, o de que todo pierde el sentido que tenía.  Nada me entusiasma, sólo veo lo malo y me lamento por los acontecimientos entintando todo mi entorno con esta emoción.
Riesgos:
Que empiece a tener una depresión más profunda.
Descuido personal y del entorno
Pérdida de atención a los demás

6.APATIA:
Estado de desinterés y falta de motivación y entusiasmo ante los diferentes estímulos externos.   
Riesgos:
Caer en un estado de depresión más profunda
Descuido físico personal y familiar

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Para no caer en esto o para salir del estado incómodo en el que puedes estar, yo te invito para empezar A RECONOCER TUS PROPIAS EMOCIONES.
Ponerles nombre, ACEPTARLAS. Cuando aceptamos lo que estamos sintiendo dejamos de atormentarnos en un alto porcentaje. 

¿Qué significa eso?  
Es darnos permiso de sentirlas sin juzgarnos, ponerles nombre y identificarlas …Recordar que el sentirlas es algo natural y no nos hace ser mejores o peores personas, pero al identificarlas podemos trabajarlas mucho mejor e incluso compartirlas. 

De hecho, una  SEGUNDA recomendación que sugiero es:

DIALOGAR sobre éstas CON LA PERSONA ADECUADA, EN UN AMBIENTE EMPÁTICO DE ESCUCHA Y COMPRENSIÓN.
Es muy importante reconocer que cada persona siente de distinta manera. Cada individuo vive los acontecimientos según sus características de personalidad, sus capacidades, e historia…
Por tanto, no podemos juzgar a otros por lo que sienten y viven, no debemos minimizar sus emociones diciéndoles que «no pasa nada», o que «no se preocupen», criticarlos por ponerse de tal o cual manera… Más bien hay que ser empáticos (esto es ponernos en sus zapatos), escuchar, respetarlos y con ciertas estrategias o consejos, poco a poco invitarlos a sentirse mejor.

Si te es muy difícil hablar o no estas cerca de alguien de confianza, al menos ESCRIBE sobre lo que estas sintiendo cotidianamente, recuerda que poner en orden lo que sientes es un primer paso para sentirte mejor…

En nuestra próxima cápsula te diré cual es nuestro siguiente paso.

No olvides que si queremos sentirnos mejor y generar bienestar, necesitamos trabajar constantemente en ello.

                                                                                                                       Psicóloga Laura Sendra.

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