Por: Lupi Fernandez del Valle. (@lupifv)
Comer es una parte integral de nuestros días. Sin embargo, la manera en la que comemos hoy, es nada más y nada menos que un pendiente más en nuestra lista de cosas que hacer.
Rara vez nos tomamos el tiempo de realmente apreciar y disfrutar la comida. ¿O no?
Para muchos, incluso, comer es en el coche manejando para llegar a una cita, o comer en la oficina en frente de la computadora o hasta en una mesa de juntas. De hecho, hoy comemos en todas partes MENOS en una mesa para comer.
El acto de comer en nuestras vidas actualmente, se confunde con una tarea más y esto resulta en una acción sin consciencia en vez de una experiencia a disfrutar.
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Pero bueno…¿A qué voy con esto?
Mindful eating es mantener una consciencia de los alimentos en el momento que los introducimos a nuestro cuerpo. Implica observar cómo nos hace sentir la comida, la satisfacción, el sabor, y el si estamos llenos o no. Mindful eating en su expresión más sencilla, se trata únicamente de reconocer. Reconocer los pensamientos, sentimientos y sensaciones que ocurren en nuestro cuerpo a la hora de comer.
Comer conscientemente no se trata de una dieta, ni de ser perfectos en lo que comemos, o en siempre comer las cosas adecuadas. Tampoco se trata de restricción de alimentos, o conteo de calorías ni mucho menos, es simplemente enfocar todos nuestros sentidos en estar presente mientras compramos, cocinamos, servimos y finalmente, comemos nuestra comida.
Cuando hacemos esto es más probable que tomemos mejores decisiones para nutrir a nuestro cuerpo, y con ello, tengamos mejores hábitos alimenticios.
Aquí les dejo una guía de cómo practicar mindful eating:
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1. Siéntate y desconéctate
Tu cuerpo y mente necesitan un break y lo necesitan para estar con toda la energía durante el día.
¡Evita ver la tele o tu celular mientras comes!
Deja TODO y únicamente disfruta y saborea ese momento de sentarte a comer. Hacer esto, sin distracciones, va a permitir que le pongas atención a tu comida. Te vas a dar cuenta de cosas que antes no, como a la velocidad a la que comes o que comes sin fijarte en los sabores, hacerlo con consciencia te permite apreciar estas cosas.
2.Come más despacio.
Tu cerebro necesita tiempo para avisarle a tu cuerpo y registrar que ya estás lleno y satisfecho. El cerebro se tarda como 20 minutos en entender que estás lleno; si pausas entre mordidas, le das más tiempo y si comes con tranquilidad estás asegurando no comer de más.
Por eso, luego muchas veces las personas que comen rápido acaban y de repente están muy llenas; pero si tomas tu tiempo, te irás dando cuenta de como va tu cuerpo y si ya está satisfecho o no.
Un buen tip es no dar otro bocado hasta que no hayas terminado con el que tienes en la boca, o dejar tu tenedor en el plato entre mordidas. Comer de esta forma ayuda a evitar comer en exceso, lo que provoca un aumento de peso innecesario y un estrés en el sistema digestivo muy evitable.
3.Mastica bien
Comer a toda velocidad y devorar tu comida sin masticar, puede provocar que las partículas de alimentos no digeridas floten a través del colon. Estas partículas pueden desencadenar síntomas desagradables como hinchazón, gases e indigestión. Masticar adecuadamente evita problemas en el sistema digestivo y permite una mejor absorción de vitaminas y nutrientes.
Una buena digestión es esencial para la salud en general.
4. Pon atención a tus sentidos
Hay miles de cosas que observar y experimentar en una comida; los colores, texturas, aromas, sonidos…todos son parte de una experiencia a la hora de comer. Comer no se trata solo del sentido del gusto, aprovechar todos nuestros sentidos es una excelente manera de estar completamente presente y en sintonía mientras comemos.
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5.Come cuando tengas hambre
Es muy fácil llegar al punto de comer emocionalmente. ¿Nunca te ha pasado? Estas nerviosa (o) o angustiado (a) y antes de darte cuenta, ya tienes comida en la boca y un stash de snacks para seguir, y lo peor es ¡Qué sientes que no puedes parar!…Al final es natural para el humano estar lleno de emociones y cuando se combina con la comida, puede resultar en un hábito no tan bueno para tu salud.
Comer emocionalmente no es necesariamente malo y habrá veces en las que todos los hacemos, pero cuando se vuelve algo normal puede tener efectos que no queremos, como subir de peso innecesariamente. Es importante escuchar a nuestro cuerpo y poder identificar cuándo tenemos hambre, hambre física, no emocional.
6.Mantén una actitud de gratitud
Reconoce el tiempo y el esfuerzo dedicados a crear tu comida. Tómate un minuto para considerar todos los ingredientes, la preparación y la intención involucradas en llevar la comida a tu plato.
Comer conscientemente es una natural y placentera experiencia que apoya a nuestra buena salud.
Haciéndolo, estás beneficiando a todo tu cuerpo. Acuérdense que no es solo lo que comemos, si no también CÓMO LO COMEMOS.