¿Cómo el Indoor Cycling cambió mi vida?

¿Cómo el Indoor Cycling cambió mi vida?

Vivencias de una coach.

¿Quién soy? ¿A dónde voy? ¿Qué quiero aportar al mundo?
Estas eran algunas de las preguntas existenciales que pasaban por la cabeza de una niña de 20 años que acababa de terminar una relación muy larga, cargaba con una depresión y ansiedad brutal, y sus fines consistían en salir de fiesta.
Creo que es mucho más fácil hablar de esto en tercera persona, pero esta niña de la que te platico era yo, hace 2 años y medio. 

Coincidencias que te cambian la vida:
En ese entonces, mi papá encontró un estudio de indoor cycling donde hacía  ejercicio para bajar de peso. Cuatro días a la semana iba a Fitspin Carso en CDMX y era el más feliz del mundo.
Un día, para sacarme de la cama y del chip negativo que traía, me reservó una clase y me llevó casi casi que a la fuerza.

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Siempre hice ejercicio por salud, pero nunca había tomado una clase de indoor cycling. Ese día, entré al estudio y me recibieron como si fuera parte de su comunidad. Todos se conocían y la vibra del lugar me encantó.
Antes de entrar a clase estaba muy nerviosa… por lo que pedí una bici en la última fila (no quería que nadie me viera) -Cabe mencionar que estaba segura de que iba a hacer el oso, pero quería darle gusto a mi papá-

Y en ese instante…pasó; las luces, rodar al ritmo de la música, la energía de la gente y toda la experiencia  me movió completamente la perspectiva. Fueron 50 minutos en los cuales me desconecté de todo lo que me pesaba y no me sumaba.
Éramos 30 personas rodando en un mismo lugar, trabajando algo mucho más allá del físico y en ese momento sentí que estaba entrenando la mente y el alma. 
Aunque todos los riders teníamos un objetivo y un motor completamente diferente, me sentí acompañada y contagiada de motivación. Ese día decidí qué quería trabajar en ese lugar, ese espacio que me movió tanto. 

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Lugares y personas que te suman
Quería ser parte de la Fitfam, así que apliqué y empecé a trabajar como staff en Fitspin, Carso. Recibía a la gente, repartía zapatos y entraba a todas las clases que podía. Mi trabajo era también mi happy place. Conocí gente que me inspiraba todos los días y me retaban cada vez más, tanto física como mentalmente. Admiraba mucho a los instructores y cómo sacaban lo mejor de cada uno de los riders. En poco tiempo me di cuenta que me gustaba tanto lo que el indoor me hacía sentir, que quería transmitirlo… y decidí entrenar para ser coach. 

El plan 
Te mentiría si te dijera que me preparé poco tiempo para poder ser instructora. La realidad es que entrené casi un año para estar relativamente preparada para la audición; tomaba clases todos los días, buscaba canciones, hacía estructuras de clases, y me desvelaba estudiando la anatomía de los músculos. 
Mi motivación era una frase que me dijo una amiga: “si quieres algo y no se te nota, entonces no lo quieres lo suficiente”, así que empecé a disfrutar de todos esos sacrificios. La intención y la meta estaban bien fijas, solamente tenía que disfrutar del proceso y creer en mí a pesar de sentir miedo. 

Todo lo que vale la pena cuesta y la única persona que pone el límite eres tú mismo.

Compromiso de por vida 
Audicioné el año pasado, quedé y Fitspin me certificó con otras 5 niñas en 3 meses. Todas teníamos personalidades muy diferentes y auténticas. ¿Pero qué crees? Ser nosotras mismas fue lo que nos ayudó a destacar. El trabajo en equipo y aferrarnos a nuestra esencia todos los días, fue lo que nos llevó a formar parte de la Fitfam. 

Después de desveladas, cansancio, risas, llantos, lesiones y demás, ya estaba arriba del podium hablándole a 30 personas.
Siempre transmitiendo algo mucho más deep que un entrenamiento físico, y solo puedo decirles que el esfuerzo ha valido la pena.
Todas las personas que formaron parte de este proceso me dejaron algo. (ojo: aquí no se acaba la historia, el compromiso de ser cada día mejor sigue todos los días). 

Pero sí, en resumen, Fitspin mi “happy place”, y las personas extraordinarias que forman parte de él, me cambiaron la vida, y hoy en día, puedo decir que todos los días hago lo que más amo con una familia increíble de la mano. ¿De eso se trata la vida no? De hacer lo que amas y disfrutar todos los días el camino que te lleva a lograrlo.

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