No sé ustedes, pero yo amo Acapulco. No sé si son todas las memorias que me trae, sí es que es la playa (alias mi lugar favorito del mundo) más cercana por lo tanto la que más visito en el año, sus historias o ese no se qué que siempre me hace querer regresar y nunca dejar.
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Esto no es una guía ni mucho menos, simplemente es un reminder que no siempre hay que ir lejos para encontrar un lugar favorito, ni se necesitar estar ahí para recordar un sin fin de risas y aventuras que viviste con las personas que más amas algún día.
Para mi, todo mundo tiene una historia en Acapulco. Yo tengo miles y casi todas son mis favoritas. Para mi, fue mi primer beso. Mi primer viaje con amigas. Mi primer antro. Mi primera cruda. Mi primer banderita (en el Alebrije me acuerdo peeerfecto). Mi primer terremoto donde juré que moriría (jaja me río pero lo sentí duro). Mi primera caída de OSO. Mi primera estrella fugaz.
Ahí he visto florecer las historias más bonitas de amor, algunas que hoy en día siguen juntos. Muchas otras no continuaron pero vivirlas fue muy divertido. Ahí me he visto renacer una y otra vez y me he sanado. He dejado mil miedos en las olas de su océanos y recargado de la fuerza que este tiene. Le he preguntado muchas cosas al mar y lo único que puedo decir es que jamás dejará de sorprenderme el poder que tiene el Pacífico, realmente es mágico.
Solo fue una pequeña reflexión que quería compartir con ustedes de lo mucho que amo Acapulco.

